Nacida en Sant’Angelo Lodigiano, en Lombardia, el 15 de julio de 1850. Huérfana de padre y de madre, Francisca habría querido retirarse a un convento, pero su pedido no fue aceptado por motivo de su frágil salud. Se dedicó entonces a cuidar un orfanato. Apenas diplomada como maestra, con algunas compañeras formó el primer núcleo del Instituto de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, bajo la protección del Santo misionero Francisco Javier: Cuando más tarde pronunció los votos religiosos, Francisca asumió ese nombre.
La vocación misionera
Entendió que la modernidad habría sido marcada por enormes flujos migratorios y por hombres, mujeres y niños en fuga hacia la paz y un futuro mejor. Esta es una de las características de Santa Francisca Javier Cabrini que emerge de las reflexiones del Papa Francisco. En una Carta a las misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, el Pontífice subraya cómo Santa Francisca haya “acogido de Dios una vocación misionera” particular: “formar y enviar por todo el mundo mujeres consagradas, con un horizonte misionero sin límites, no simplemente como auxiliares de institutos religiosos o misioneros varones, sino con un propio carisma de consagración femenina, en plena y total disponibilidad a la colaboración ya sea con las Iglesias locales que con las diversas congregaciones que se dedicaban al anuncio del Evangelio ad gentes”.
Las obras en el mundo y la canonización
Precisamente el carisma misionero la llevó a los Estados Unidos, a asistir a los italianos que allí buscaban una oportunidad. También ella, en la primera de sus muchas travesías oceánicas, compartió incomodidades, problemas e incertidumbres de quienes dejaban todo en búsqueda de un futuro mejor en otras partes. Se ocupó también de huérfanos y enfermos. Puso en acción obras en Italia, Francia, España, Gran Bretaña, varias zonas de los Estados Unidos, América Central, Argentina y el Brasil. Proclamada Santa por Pío XII el 7 de julio de 1946, gracias a su compromiso en 1950 se convirtió en la “Celeste Patrona de todos los Inmigrantes”. Murió el 22 de diciembre de 1917 en el hospital para los inmigrantes que había construido en Chicago. Su cuerpo fue trasladado a Nueva York a la ‘Mother Cabrini High School’.
Fundadora de las Misioneras del Sacratísimo Corazón de Jesús, atendió a los emigrantes italianos en Estados Unidos.
Nació en la Lombardía italiana, en Sant’Angelo Logidiano el 15 de Julio de 1850. Era la penúltima de 11 hermanos en una familia campesina.
Se hizo maestra y fundó el Instituto de Misioneras del Sacratísimo Corazón de Jesús.
Aunque soñaba con ser misionera en China, el papa León XIII le pidió que viajara a Estados Unidos para atender a los inmigrantes italianos y así lo hizo. Allí creó hospitales, orfanatos, colegios y asilos con los que el instituto llegó a atender a miles de personas.
Murió el 22 de diciembre de 1917.
Santa patrona
A santa Francisca Javiera Cabrini se la considera patrona de los migrantes.
Oración a santa Francisca Javiera Cabrini
Oh, santa Francisca Javier Cabrini, tú que pusiste toda tu confianza en el Sagrado Corazón de Jesús y encontraste en Él la clave de la perfección y la fortaleza para ser apóstol del Evangelio de Cristo por el mundo entero, mira propicia desde la gloria del Cielo a los que con amor y confianza recurren a tu intercesión.
Tú, que con afecto maternal has endulzado los sufrimientos temporales y espirituales de los desterrados de este mundo, muéstrame en la peregrinación de esta vida tu protección materna, y suplícale al Sagrado Corazón de Jesús que me dé lo que necesito para llegar al cielo.
Oh, santa Francisca Javiera Cabrini: escucha benignamente las plegarias que te dirijo y consígueme los favores que tan ardientemente suplico (aquí se menciona la petición). Pero sobre todo consígueme la gracia de verme unido con los que, por tu intercesión, cantan las alabanzas y glorias de Dios, nuestro Señor. Así sea.
Santa Francisca Javiera Cabrini, amantísima esposa de Jesucristo, ruega por nosotros.
Gloria (tres veces).