Lectura del Día 15/06/2024

 

Lectura del Día

Lectura del primer libro de los Reyes

1 Reyes 9, 19-21

Por aquel entonces, Elías partió luego y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Delante de él trabajaban doce yuntas de bueyes y él trabajaba con la última. Elías pasó junto a él y le echó encima su manto. Entonces Eliseo abandonó sus bueyes, corrió detrás de Elías y le dijo: “Déjame dar a mis padres el beso de despedida y te seguiré”. Elías le contestó: “Ve y vuelve, porque bien sabes lo que ha hecho el Señor contigo”.

Se fue Eliseo, se llevó los dos bueyes de la yunta, los sacrificó, asó la carne en la hoguera que hizo con la madera del arado y la repartió a su gente para que se la comieran. Luego se levantó, siguió a Elías y se puso a su servicio.

Evangelio del Día

Lectura del santo evangelio según san Mateo

Mt 5, 33-37

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey.

Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno’’.

Palabras del Santo Padre

«“Sí, sí”, “No, no”; Todo lo que se dice de más, procede del Maligno.» (Mt 5,37). Las medias verdades, los discursos sutiles que buscan engañar al prójimo, las reticencias que ocultan las verdaderas intenciones, no son actitudes acordes con la justicia. La persona justa es recta, sencilla y directa, no usa máscaras, se presenta tal como es, dice la verdad. En sus labios se encuentra a menudo la palabra "gracias": sabe que, por más que nos esforcemos para ser generosos, estamos siempre en deuda con nuestro prójimo. Si amamos es también porque hemos sido amados primero. En la tradición se pueden encontrar innumerables descripciones de la persona justa. Veamos algunas de ellas. La persona justa venera las leyes y las respeta, sabiendo que son una barrera que protege a los indefensos de la arrogancia de los poderosos. La persona justa no sólo se preocupa por su bienestar individual, sino que quiere el bien de toda la sociedad. Por eso, no cede a la tentación de pensar sólo en sí mismo y de ocuparse de sus propios asuntos, por legítimos que sean, como si fueran lo único que existe en el mundo. (…) El justo mantiene la palabra dada, devuelve lo que ha recibido prestado, reconoce un salario justo a los trabajadores: la persona que no reconoce el justo salario a los trabajadores no es justa, es injusta. Nadie sabe si en nuestro mundo las personas justas son numerosas o escasas como perlas preciosas. Sin embargo, son personas que atraen gracia y bendiciones tanto sobre sí mismas como sobre el mundo en el que viven. Los justos no son moralistas que se erigen en censores, sino personas rectas que "tienen hambre y sed de justicia" (Mt 5,6) (Audiencia General, 3 de abril de 2024)


Vaticano
Tomado de: https://www.vaticannews.va/es/

Lectura del Día 14/06/2024

 

Lectura del Día

Lectura del primer libro de los Reyes 

1 Reyes19, 9. 11-16

Al llegar al monte de Dios, el Horeb, el profeta Elías entró en una cueva y permaneció allí. El Señor le dijo: “Sal de la cueva y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar”.

Así lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino primero un viento huracanado, que partía las montañas y resquebrajaba las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Se produjo después un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Luego vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se escuchó el murmullo de una brisa suave.

Al oírlo, Elías se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la cueva. Entonces oyó una voz que le dijo: “¿Qué haces aquí, Elías?” Él respondió: “Me consume el celo por tu honra, Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y asesinado a tus profetas; sólo quedo yo y me andan buscando para matarme”.

El Señor le dijo: “Desanda tu camino hacia el desierto de Damasco. Ve y unge a Jazael como rey de Siria; a Jehú, hijo de Nimsí, como rey de Israel; y a Eliseo, hijo de Safat, úngelo como profeta, sucesor tuyo”.

Evangelio del Día

Lectura del santo evangelio según san Mateo

Mt 5, 27-32

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio; pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo.

También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su mujer un certificado de divorcio; pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio, y el que se casa con una divorciada comete adulterio’’.

Palabras del Santo Padre

Estad atentos a no escandalizar. el escándalo es feo porque hiere la vulnerabilidad del Pueblo de Dios, hiere la debilidad del Pueblo de Dios, y muchas veces estas heridas se llevan para toda la vida». Es más, el escándalo, no solo hiere, sino que es capaz de matar: matar esperanzas, matar ilusiones, matar familias, matar muchos corazones». (…) Y «cuántos cristianos alejan a la gente con su ejemplo, con su incoherencia: la incoherencia de los cristianos es una de las armas más fáciles que tiene el diablo para debilitar al Pueblo de Dios y para alejar al Pueblo de Dios del Señor». Es el estilo de «decir una cosa y hacer otra». (Homilía Santa Marta, 13 de noviembre de 2017)


Vaticano
Tomado de: https://www.vaticannews.va/es/

Lectura del Día 13/06/2024

 

Lectura del Día

Lectura del primer libro de los Reyes

1 Reyes 18, 41-46

En aquellos días, dijo Elías a Ajab: “Vete a comer y a beber, pues ya se oye el ruido de la lluvia”. Ajab se fue a comer y a beber. Elías, mientras tanto, subió a la cumbre del monte Carmelo, se arrodilló y con su cabeza tocó la tierra. Entonces le dijo a su criado: “Ve a divisar el mar”. El criado fue a ver y le dijo: “No se ve nada”. Elías insistió: “Ve otra vez”. El criado volvió siete veces, y a la séptima le dijo: “Una nubecilla, como la palma de la mano, sube del mar”. Entonces Elías le dijo: “Ve a decirle a Ajab que enganche su carro y se vaya, para que no lo detenga la lluvia”. Y en un instante el cielo se oscureció de nubes, empezó a soplar el viento y cayó un fuerte aguacero.

Ajab montó en su carro y se fue a Yezrael, y Elías, por inspiración y con la fuerza del Señor, se ciñó la túnica y fue corriendo delante del carro de Ajab hasta la entrada de Yezrael.

Evangelio del Día

Lectura del santo evangelio según san Mateo

Mt 5, 20-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.

Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.

Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda.

Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo”.

Palabras del Santo Padre

Para darnos un ejemplo concreto, Jesús se centra en el “rito de la ofrenda”. Al hacer una ofrenda a Dios, se correspondía a la gratuidad de sus dones. Hacer una ofrenda para corresponder simbólicamente —digámoslo así— a la gratuidad de sus dones, era un rito muy importante, tan importante que estaba prohibido interrumpirlo salvo por motivos graves. Pero Jesús afirma que hay que interrumpirlo si un hermano tiene algo contra nosotros, para ir primero a reconciliarnos con él (cf. vv. 23-24): solo entonces se cumple el rito. (…) Así hay cumplimiento a los ojos de Dios, de lo contrario la observancia externa, puramente ritualista, es inútil, se convierte en una ficción. En otras palabras, Jesús nos hace comprender que las reglas religiosas son útiles, son buenas, pero son solo el inicio: para darles cumplimiento, es necesario ir más allá de la letra y vivir su sentido. Los mandamientos que Dios nos ha dado no deben encerrarse en la caja fuerte asfixiante de la observancia formal, pues de lo contrario nos quedamos en una religiosidad externa y desapegada, siervos de un “dios amo” en lugar de hijos de Dios Padre. Jesús quiere esto, que no tengamos la idea de servir a un Dios amo, sino al Padre, y por esto es necesario ir más allá de la letra. (Ángelus, 12 de febrero de 2023)


Vaticano
Tomado de: https://www.vaticannews.va/es/

Lectura del Día 10/06/2024

 

Lectura del Día

Lectura del primer libro de los Reyes

1 Reyes 17, 1-6

Por aquel tiempo, el profeta Elías, del pueblo de Tisbé, en Galaad, le dijo al rey Ajab: "Juro por Dios, el Señor de Israel, a quien yo sirvo, que en estos años no habrá rocío ni lluvia, si yo no lo mando".

Luego, el Señor le dijo a Elías: "Vete de aquí; dirígete hacia el oriente y escóndete en el torrente de Kerit, que queda al este del Jordán. Bebe del torrente y yo les encargaré a los cuervos que te lleven de comer".

Elías hizo lo que le mandó el Señor, y se fue a vivir en el torrente de Kerit, que queda al este del Jordán. Los cuervos le llevaban pan y carne por la mañana y por la tarde, y bebía del torrente.

Evangelio del Día

Lectura del santo evangelio según san Mateo

Mt 5, 1-12

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:

"Dichosos los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los que lloran,
porque serán consolados.
Dichosos los sufridos,
porque heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados.
Dichosos los misericordiosos,
porque obtendrán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón,
porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz,
porque se les llamará hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos, puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes".

Palabras del Santo Padre

La liturgia (…) nos hace meditar sobre las Bienaventuranzas (cf. Mateo 5, 1-12a), que abren el gran discurso llamado “de la montaña”, la “carta magna” del Nuevo Testamento. Jesús manifiesta la voluntad de Dios de conducir a los hombres a la felicidad. Este mensaje estaba ya presente en la predicación de los profetas: Dios está cerca de los pobres y de los oprimidos y les libera de los que les maltratan. Pero en esta predicación, Jesús sigue un camino particular: comienza con el término “bienaventurados”, es decir felices; prosigue con la indicación de la condición para ser tales; y concluye haciendo una promesa. El motivo de las bienaventuranzas, es decir de la felicidad, no está en la condición requerida —“pobres de espíritu”, “afligidos”, “hambrientos de justicia”, “perseguidos” …— sino en la sucesiva promesa, que hay que acoger con fe como don de Dios. Se comienza con las condiciones de dificultad para abrirse al don de Dios y acceder al mundo nuevo, el “Reino” anunciado por Jesús. No es un mecanismo automático, sino un camino de vida para seguir al Señor, para quien la realidad de miseria y aflicción es vista en una perspectiva nueva y vivida según la conversión que se lleva a cabo. No se es bienaventurado si no se convierte, para poder apreciar y vivir los dones de Dios. (Ángelus, 29 de enero de 2017)


Vaticano
Tomado de: https://www.vaticannews.va/es/

Lectura del Día 03/06/2024

 

Lectura del Día

Comienzo de la segunda carta del apóstol san Pedro 

2 Ped 1, 1-7

Yo, Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, les escribo a ustedes, los que han obtenido una fe tan preciosa como la nuestra, gracias a la justicia de Jesucristo, nuestro Dios y Salvador. Que abunden entre ustedes la gracia y la paz, por el conocimiento de Jesucristo, nuestro Señor.

Su acción divina nos ha otorgado todo lo necesario para llevar una vida de santidad, mediante el conocimiento profundo del que nos ha llamado con su propia gloria y poder. Por medio de los cuales nos han sido otorgados también los grandes y maravillosos bienes prometidos, para que por ellos puedan ustedes escapar de la corrupción que las pasiones desordenadas provocan en el mundo, y lleguen a participar de la naturaleza divina. Por eso, esfuércense en añadir a su fe, buena conducta; a la buena conducta, el conocimiento; al conocimiento, el dominio propio; al dominio propio, la paciencia; a la paciencia, la piedad; a la piedad, el amor fraterno, y al amor fraterno, la caridad.

Evangelio del Día

Lectura del santo evangelio según san Marcos

Mc 12, 1-12

En aquel tiempo, Jesús comenzó a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos y les dijo:

“Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó una torre para el vigilante, se la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje al extranjero.

A su tiempo, les envió a los viñadores un criado para recoger su parte del fruto de la viña. Ellos se apoderaron de él, lo golpearon y lo devolvieron sin nada. Les envió otro criado, pero ellos lo descalabraron y lo insultaron. Volvió a enviarles otro y lo mataron. Les envió otros muchos y los golpearon o los mataron.

Ya sólo le quedaba por enviar a uno, su hijo querido, y finalmente también se lo envió, pensando: ‘A mi hijo sí lo respetarán’. Pero al verlo llegar, aquellos viñadores se dijeron: ‘Éste es el heredero; vamos a matarlo y la herencia será nuestra’. Se apoderaron de él, lo mataron y arrojaron su cuerpo fuera de la viña.

¿Qué hará entonces el dueño de la viña? Vendrá y acabará con esos viñadores y dará la viña a otros. ¿Acaso no han leído en las Escrituras: La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente?”

Entonces los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, quisieron apoderarse de Jesús, porque se dieron cuenta de que por ellos había dicho aquella parábola, pero le tuvieron miedo a la multitud, dejaron a Jesús y se fueron de ahí.


Vaticano
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