Santoral, ¿Quien es Santa Barbara?

Santa Barbara

Santa Bárbara
Mártir
Siglo III
Una antigua tradición escrita en griego en el siglo VII cuenta lo siguiente acerca de Santa Bárbara:

Era hija de un tipo de tremendo mal genio llamado Dióscoro. Como ella no quería creer en los ídolos paganos de su padre, éste la encerró en un castillo, al cual le había mandado colocar dos ventanas. La santa mandó a los obreros a que añadieran una tercera ventana para acordarse de las Tres Divinas personas de la Santísima Trinidad. Pero esto enfureció más a su incrédulo papá.

El furioso Dióscoro, como su hija no aceptaba casarse con ningún pagano o no creyente, permitió que la martirizaran cortándole la cabeza con una espada, los enemigos de la religión. Por eso la pintan con una espada, y con una palma (señal de que obtuvo la palma del martirio) y con una corona porque se ganó el reino de los cielos.

Y dice la antigua tradición que cuando Dióscoro bajaba del monte donde habían matado a su hija, le cayó un rayo y lo mató. Por eso a santa Bárbara le reza la gente para verse libre de los rayos de las tormentas.

Dicen que junto a ella fue martirizada su amiga Juliana, y que en su sepulcro se obraron muchos milagros.

También añade la antigua tradición que lo último que santa Bárbara pidió a Dios fue que bendijera y ayudara a todos los que recordaran su martirio.

Reto: Adviento, Evangelio según San Lucas, Capitulo 2

velas adviento

Evangelio según San Lucas, Capitulo 2

“1.Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, por el que se debía proceder a un censo en todo el imperio. 2.Este fue el primer censo, siendo Quirino gobernador de Siria. 3.Todos, pues, empezaron a moverse para ser registrados cada uno en su ciudad natal. 4.José también, que estaba en Galilea, en la ciudad de Nazaret, subió a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, porque era descendiente de David; 5.allí se inscribió con María, su esposa, que estaba embarazada. 6.Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, 7.y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa. 8.En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. 9.Se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de claridad. Y quedaron muy asustados. 10.Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo, pues yo vengo a comunicarles una buena noticia, que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. 11.Hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor. 12.Miren cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» 13.De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel, y alababan a Dios con estas palabras: 14.«Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia.» 15.Después de que los ángeles se volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.» 16.Fueron apresuradamente y hallaron a María y a José con el recién nacido acostado en el pesebre. 17.Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del niño. 18.Todos los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían. 19.María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior. 20.Después los pastores regresaron alababando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, tal como los ángeles se lo habían anunciado. 21.Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, nombre que había indicado el ángel antes de que su madre quedara embarazada. 22.Asimismo, cuando llegó el día en que, de acuerdo a la Ley de Moisés, debían cumplir el rito de la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, 23.tal como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. 24.También ofrecieron el sacrificio que ordena la Ley del Señor: una pareja de tórtolas o dos pichones. 25.Había entonces en Jerusalén un hombre muy piadoso y cumplidor a los ojos de Dios, llamado Simeón. Este hombre esperaba el día en que Dios atendiera a Israel, y el Espíritu Santo estaba con él. 26.Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no moriría antes de haber visto al Mesías del Señor. 27.El Espíritu también lo llevó al Templo en aquel momento. Como los padres traían al niño Jesús para cumplir con él lo que mandaba la Ley, 28.Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios con estas palabras: 29.Ahora, Señor, ya puedes dejar que tu servidor muera en paz como le has dicho. 30.Porque mis ojos han visto a tu salvador, 31.que has preparado y ofreces a todos los pueblos, 32.luz que se revelará a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel. 33.Su padre y su madre estaban maravillados por todo lo que se decía del niño. 34.Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Mira, este niño traerá a la gente de Israel ya sea caída o resurrección. Será una señal impugnada en cuanto se manifieste, 35.mientras a ti misma una espada te atravesará el alma. Por este medio, sin embargo, saldrán a la luz los pensamientos íntimos de los hombres.» 36.Había también una profetisa muy anciana, llamada Ana, hija de Fanuel de la tribu de Aser. No había conocido a otro hombre que a su primer marido, muerto después de siete años de matrimonio. 37.Permaneció viuda, y tenía ya ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo día y noche al Señor con ayunos y oraciones. 38.Llegó en aquel momento y también comenzó a alabar a Dios hablando del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén. 39.Una vez que cumplieron todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40.El niño crecía y se desarrollaba lleno de sabiduría, y la gracia de Dios permanecía con él. 41.Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. 42.Cuando Jesús cumplió los doce años, subió también con ellos a la fiesta, pues así había de ser. 43.Al terminar los días de la fiesta regresaron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo supieran. 44.Seguros de que estaba con la caravana de vuelta, caminaron todo un día. Después se pusieron a buscarlo entre sus parientes y conocidos. 45.Como no lo encontraran, volvieron a Jerusalén en su búsqueda. 46.Al tercer día lo hallaron en el Templo,sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47.Todos los que le oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas. 48.Sus padres se emocionaron mucho al verlo; su madre le decía: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos.» 49.El les contestó: «¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que yo debo estar donde mi Padre?» 50.Pero ellos no comprendieron esta respuesta. 51.Jesús entonces regresó con ellos, llegando a Nazaret. Posteriormente siguió obedeciéndoles. Su madre, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón. 52.Mientras tanto, Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia, ante Dios y ante los hombres.”

Reto: Adviento, Evangelio según San Lucas, Capitulo 1

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Evangelio según San Lucas, Capitulo 1

“1.Algunas personas han hecho empeño por ordenar una narración de los acontecimientos que han ocurrido entre nosotros, 2.tal como nos han sido transmitidos por aquellos que fueron los primeros testigos y que después se hicieron servidores de la Palabra. 3.Después de haber investigado cuidadosamente todo desde el principio, también a mí me ha parecido bueno escribir un relato ordenado para ti, ilustre Teófilo. 4.De este modo podrás verificar la solidez de las enseñanzas que has recibido. 5.Siendo Herodes rey de Judea, vivía allí un sacerdote llamado Zacarías. Pertenecía al grupo sacerdotal de Abías, y su esposa, llamada Isabel, era también descendiente de una familia de sacerdotes. 6.Ambos eran personas muy cumplidoras a los ojos de Dios y se esmeraban en practicar todos los mandamientos y leyes del Señor. 7.No tenían hijos, pues Isabel no podía tener familia, y los dos eran ya de edad avanzada. 8.Mientras Zacarías y los otros sacerdotes de su grupo estaban oficiando ante el Señor, 9.le tocó a él en suerte, según las costumbres de los sacerdotes, entrar en el Santuario del Señor para ofrecer el incienso. 10.Cuando llegó la hora del incienso, toda la gente estaba orando afuera, en los patios. 11.En esto se le apareció un ángel del Señor, de pie, al lado derecho del altar del incienso. 12.Zacarías se turbó al verlo y el temor se apoderó de él. 13.Pero el ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido escuchada. Tu esposa Isabel te dará un hijo y le pondrás por nombre Juan. 14.Será para ti un gozo muy grande, y muchos más se alegrarán con su nacimiento, 15.porque este hijo tuyo será un gran servidor del Señor. No beberá vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre. 16.Por medio de él muchos hijos de Israel volverán al Señor, su Dios. 17.El mismo abrirá el camino al Señor con el espíritu y el poder del profeta Elías, reconciliará a padres e hijos y llevará a los rebeldes a la sabiduría de los buenos. De este modo preparará al Señor un pueblo bien dispuesto.» 18.Zacarías dijo al ángel: «¿Quién me lo puede asegurar? Yo ya soy viejo y mi esposa también.» 19.El ángel contestó: «Yo soy Gabriel, el que tiene entrada al consejo de Dios, y he sido enviado para hablar contigo y comunicarte esta buena noticia. 20.Mis palabras se cumplirán a su debido tiempo, pero tú, por no haber creído, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto ocurra.» 21.El pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaban de que se demorase tanto en el Santuario. 22.Cuando finalmente salió, no podía hablarles, y comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. Intentaba comunicarse por señas, pues permanecía mudo. 23.Al terminar el tiempo de su servicio, Zacarías regresó a su casa, 24.y poco después su esposa Isabel quedó embarazada. Durante cinco meses permaneció retirada, pensando: 25.«¡Qué no ha hecho por mí el Señor! Es ahora cuando quiso liberarme de mi vergüenza.» 26.Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27.a una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La virgen se llamaba María. 28.Llegó el ángel hasta ella y le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» 29.María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo. 30.Pero el ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. 31.Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. 32.Será grande y justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David; 33.gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás.» 34.María entonces dijo al ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?» 35.Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. 36.También tu parienta Isabel está esperando un hijo en su vejez, y aunque no podía tener familia, se encuentra ya en el sexto mes del embarazo. 37.Para Dios, nada es imposible.» 38.Dijo María: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho.» Después la dejó el ángel. 39.Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. 40.Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41.Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo 42.y exclamó en alta voz: «¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! 43.¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? 44.Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. 45.¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!» 46.María dijo entonces: Proclama mi alma la grandeza del Señor, 47.y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, 48.porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me dirán feliz. 49.El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo es su Nombre! 50.Muestra su misericordia siglo tras siglo a todos aquellos que viven en su presencia. 51.Dio un golpe con todo su poder: deshizo a los soberbios y sus planes. 52.Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes. 53.Colmó de bienes a los hambrientos, y despidió a los ricos con las manos vacías. 54.Socorrió a Israel, su siervo, se acordó de su misericordia, 55.como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a sus descendientes para siempre. 56.María se quedó unos tres meses con Isabel, y después volvió a su casa. 57.Cuando le llegó a Isabel su día, dio a luz un hijo, 58.y sus vecinos y parientes se alegraron con ella al enterarse de la misericordia tan grande que el Señor le había mostrado. 59.Al octavo día vinieron para cumplir con el niño el rito de la circuncisión, 60.y querían ponerle por nombre Zacarías, por llamarse así su padre. Pero la madre dijo: «No, se llamará Juan.» 61.Los otros dijeron: «Pero si no hay nadie en tu familia que se llame así.» 62.Preguntaron por señas al padre cómo quería que lo llamasen. 63.Zacarías pidió una tablilla y escribió: «Su nombre es Juan», por lo que todos se quedaron extrañados. 64.En ese mismo instante se le soltó la lengua y comenzó a alabar a Dios. 65.Un santo temor se apoderó del vecindario, y estos acontecimientos se comentaban en toda la región montañosa de Judea. 66.La gente que lo oía quedaba pensativa y decía: «¿Qué va a ser este niño?» Porque comprendían que la mano del Señor estaba con él. 67.Su padre, Zacarías, lleno del Espíritu Santo, empezó a recitar estos versos proféticos: 68.Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. 69.Ahora sale triunfante nuestra salvación en la casa de David, su siervo, 70.como lo había dicho desde tiempos antiguos por boca de sus santos profetas: 71.que nos salvaría de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; 72.que nos mostraría el amor que tiene a nuestros padres y cómo recuerda su santa alianza. 73.Pues juró a nuestro padre Abraham 74.que nos libraría de nuestros enemigos para que lo sirvamos sin temor, 75.justos y santos, todos los días de nuestra vida. 76.Y tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor para preparle sus caminos, 77.para decir a su pueblo lo que será su salvación. Pues van a recibir el perdón de sus pecados, 78.obra de la misericordia de nuestro Dios, cuando venga de lo alto para visitarnos cual sol naciente, 79.iluminando a los que viven en tinieblas, sentados en la sombra de la muerte, y guiar nuestros pasos por un sendero de paz. 80.A medida que el niño iba creciendo, le vino la fuerza del Espíritu. Vivió en lugares apartados hasta el día en que se manifestó a Israel.”

Santoral, ¿Quen es San Eloy?

San Eloy

San Eloy
Orfebre
Año 660
San EloyEloy (o Eligio, que es lo mismo) significa: “el elegido, el preferido”.

San Eloy fue el más famoso orfebre de Francia en el siglo VII (orfebre es el que labra objetos de plata u oro).

Dios le concedió desde muy pequeño unas grandes cualidades para trabajar con mucho arte el oro y la plata. Nació en el año 588 en Limoges (Francia). Su padre, que era también un artista en trabajar metales, se dio cuenta de que el niño tenía capacidades excepcionales para el arte y lo puso a aprederlo bajo la dirección de Abon, que era el encargado de fabricar las monedas en Limoges.

Cuando ya aprendió bien el arte de la orfebrería se fue a París y se hizo amigo del tesorero del rey. Clotario II le encomendó a Eloy que le fabricara un trono adornado con oro y piedras preciosas. Pero con el material recibido el joven artista hizo dos hermosos tronos. El rey quedó admirado de la honradez, de la inteligencia, la habilidad y las otras cualidades de Eloy y lo nombró jefe de la casa de moneda (todavía se conservan monedas de ese tiempo que llevan su nombre).

Nuestro santo fabricó también los preciosos relicarios en los cuales se guardaron las reliquias de San Martín, San Dionisio, San Quintín, Santa Genoveva y San Germán. La habilidad del artista y su amistad con el monarca hicieron de él un personaje muy conocido en su siglo.

Eloy se propuso no dejarse llevar por las costumbres materialistas y mundanas de la corte. Y así, aunque vestía muy bien, como alto empleado, sin embargo era muy mortificado en el mirar, comer y hablar. Y era tan generoso con los necesitados que cuando alguien preguntaba: “¿Dónde vive Eloy?”, le respondían: “siga por esta calle, y donde vea una casa rodeada por una muchedumbre de pobres, ahí vive Eloy”.

Un día Clotario le pidió a nuestro santo que como todos los demás empleados jurara fidelidad al rey. Él se negaba porque había leído que Cristo recomendaba: “No juren por nada”. Y además tenía miedo de que de pronto al monarca se le antojara mandarle cosas que fueran contra su conciencia. Al principio el rey se disgustó, pero luego se dio cuenta de que un hombre que tenía una conciencia tan delicada no necesitaba hacer juramentos para portarse bien.

Eloy se propuso ayudar a cuanto esclavo pudiera. Y con el dinero que conseguía pagaba para que les concedieran libertad. Varios de ellos permanecieron ayudándole a él durante toda su vida porque los trataba como un bondadoso padre.

Al santo le llamaba mucho la atención alejarse del gentío a dedicarse a rezar y meditar. Y entonces el nuevo rey Dagoberto le regaló un terreno en Limousin, donde fundó un monasterio de hombres. Luego el rey le regaló un terreno en París y allá fundó un monasterio para mujeres. Y a sus religiosos les enseñaba el arte de la orfebrería y varios de ellos llegaron a ser muy buenos artistas. Al cercar el terreno que el rey le había regalado en París, se apropió de unos metros más de los concedidos, y al darse cuenta fue donde el monarca a pedirle perdón por ello. El rey exclamó: “Otros me roban kilómetros de terreno y no se les da nada. En cambio este bueno hombre viene a pedirme perdón por unos pocos metros que se le fueron de más”. Con esto adquirió tan grande aprecio por él que lo nombró embajador para tratar de obtener la paz ante un gobierno vecino que le quería hacer la guerra.

Por sus grandes virtudes fue elegido obispo de Rouen, y se dedicó con todas sus energías a obtener que las gentes de su región se convirtieran al cristianismo, porque en su mayoría eran paganas. Predicaba constantemente donde quiera que podía. Al principio aquellos bárbaros se burlaban de él, pero su bondad y su santidad los fueron ganando y se fueron convirtiendo. Cada año el día de Pascua bautizaba centenares de ellos. Se conservan 15 sermones suyos, y en ellos ataca fuertemente a la superstición, a la creencia en maleficios, sales, lectura de naipes o de las manos, y recomienda fuertemente dedicar bastante tiempo a la oración, asistir a la Santa Misa y comulgar; hacer cada día la señal de la cruz, rezar frecuentemente el Credo y el Padrenuestro y tener mucha devoción a los santos. Insistía muchísimo en la santificación de las fiestas, en asistir a misa cada domingo y en descansar siempre en el día del Señor. Prohibía trabajar más de dos horas los domingos.

Cuando ya llevaba 19 años gobernando a su diócesis, supo por revelación que se le acercaba la hora de su muerte y comunicó la noticia a su clero. Poco después le llegó una gran fiebre. Convocó a todo el personal que trabajaba en su casa de obispo y se despidió de ellos dándoles las gracias y prometiéndoles orar por cada uno. Todos lloraban fuertemente y esto lo conmovió a él también. Y el 1º. de diciembre del año 660 murió con la tranquilidad de quien ha dedicado su vida a hacer el bien y a amar a Dios.

Fuente: Arquidiócesis de Madrid

Obispo
Martirologio Romano: En Noyon, de Neustria, san Eloy, obispo, que siendo orfebre y consejero del rey Dagoberto, edificó monasterios y construyó monumentos a los santos con gran arte y elegancia, y más tarde fue elevado a las sedes de Noyon y Tournai, donde se dedicó con gran celo al trabajo apostólico († 660) .

Breve Biografía

El hijo de Euquerio y de Terrigia parece que desde el comienzo de su existencia estuvo bajo el signo de la predilección divina. Así lo asegura la leyenda de su vida. Despierto de inteligencia y hábil en el empleo de sus manos. Aprendiz de platero de los de antes, es decir, de los que tienen que martillear el metal para sacarle de las entrañas la figura que el artista tiene en su mente. Tanta destreza adquirió que el rey Clotario II, su hijo Dagoberto luego y su nieto Clovis II después, lo tuvieron como propio en la corte para los trabajos que en metales preciosos naturalmente necesitan los de sangre azul que viven en palacios y tienen que solventar compromisos sociales, políticos y hasta militares con sus iguales.

Pero lo que llamó poderosamente la atención de estos principales del país galo no fue sólo su arte. Eso fue el punto de arranque. Luego fue el descubrimiento de su entera personalidad profundamente honrada. Un hombre cabal. De espíritu recto. Cristiano más de obras que de nombre. Piadoso en su soledad y coherente en la vida. Prudente en las palabras y ponderado en los juicios. Un sujeto poco frecuente en sus tiempos atiborrados de violencia.

El rey Dagoberto, considerando los pros y contras, pensó que era el hombre ideal para solucionar el antiguo contencioso que tenía con el vecino conde de Bretaña, lo envió como legado y acertó en la elección por el resultado favorable que obtuvo. No es extraño que Eloy o Eligio pasara a ser solicitado como consejero de la Corona.

Aparte de sus sinceros rezos privados y del reconocimiento de su indignidad ante Dios —cosa que le dignificaban como hombre—, supo compartir con los necesitados los dineros que recibía por su trabajo. Patrocinó la abadía de Solignac, a sus expensas nacieron otros en el Lemosin y, en París, la iglesia de San Pablo.

No es sorprendente que al morir el obispo de Noyon y de Tournay, el pueblo tuviera sensibilidad para desear el desempeño de esa misión a Eloy y, menos sorprendente aún, que el rey Clovis pusiera toda su influencia al servicio de esa causa. Casi hubo que forzarle a aceptar. Ordenado sacerdote y a continuación consagrado obispo, se dedicó a su misión pastoral con el mejor de los empeños en los diecinueve años que aún el Señor le concedió de vida. Fueron frecuentes las visitas pastorales, se mostró diligente en el trato con los sacerdotes, se tiene por ejemplar su disciplina de gobierno y esforzado en la superación de las dificultades para extender el Evangelio allí donde rebrotaba la idolatría pagana o echaban raíces los vicios de los creyentes. Hasta estuvo presente en el concilio de Chalons-sur-Seine, del 644.

Este artífice de los metales nobles y de las gemas preciosas que no se dejó atrapar por la idolatría a las cosas perecederas ha sido adoptado como patrono de los orfebres, plateros, joyeros, metalúrgicos y herradores. Ojalá los que asiduamente tienen entre sus manos las joyas que tanto ambicionan los hombres sepan sentirse atraídos por los bienes que no perecen.